Ya sabes que yo no soy muy de reglas, pero verdaderamente, si tengo que pensar en cinco cosas que han transformado mi cabello en el último año, te puedo decir claramente que han sido estas cuatro:
1. Encuentra a un profesional que cuide tu cabello
Para mí lo más importante de ir a la peluquería es que sé que me están cuidando el cabello y que, ante todo, la salud del mismo es lo más importante. Me han cortado el pelo muchos peluqueros, y la mayoría de las veces anteponen lo bonito que es el corte a lo que realmente le va bien a tu cabello. Por eso soy tan fiel a mi peluquería porque se que se van a asegurar de que mi cabello se vea cada vez más sano y no sólo de que luzca un color o un corte bonito .
Así que esta es la primera regla: habla con tu estilista y asegúrate de que te recomienda, te enseña y te indica cómo cuidar tu cabello y cómo potenciarlo.
2. Utiliza productos de calidad
No son baratos, pero lo mejor de todo es que como antes nada me funcionaba, no paraba de probar nuevos productos, con lo que a la larga gastaba más dinero. Ahora utilizo un champú, una mascarilla, un acondicionador y un protector de buena calidad.
3. Protege tu cabello
Protege tu cabello, pero no sólo de las herramientas obvias como pueden ser la plancha o el secador, protege tu cabello del cepillado excesivo, del frotar con la toalla, de las gomas demasiado tirantes, de los peinados demasiado rígidos y de los productos demasiado agresivos. Ahora me doy cuenta de que mi pelo es tan frágil como la piel de mi rostro, por lo que cuando me peino tengo mucho cuidado con no partirlo. Hace tiempo cambié a un cepillo de cedras naturales y, aunque tardo más en desenredármelo, se me parte mucho menos, así que merece la pena.
4. Sigue un ritual de belleza
Igual que haces con el cuidado del rostro, sigue un ritual de belleza para tu cabello también. Yo, lo lavo dos o tres veces a la semana y esos días los utilizo para cuidar el cabello en profundidad: me doy un ligero masaje cuando aplico el champú (como en la peluquería), me pongo una mascarilla y la dejo actuar veinte minutos, y me lo desenredo suavemente. El resto del tiempo si lo desenredo, lo hago con un cepillo suave y sin tirar.
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